Ayer se clausuró el Ciclo “Versos
en Plenilunio”, que nos ha acompañado sin tregua el último año en Damajuana,
martes tras martes en noches salpicadas de pimienta poética y absoluta
complicidad. El gran mérito hay que atribuirlo a Domingo F. Faílde y Dolors
Alberola, escritores que por su cuenta y riesgo no sólo han demostrado valentía
sino también poder de convocatoria para emplazar a tantos poetas de diferentes
lugares y estilos, tales como Juan José Téllez, Carlos Guerrero, Josela
Maturana, Pepa Parra, entre otros tantos de una larga lista de nombres. En
estos tiempos parece ser también de austeridad cultural en los que
naufragamos, es aún más admirable el papel de los organizadores de encuentros como éste,
aventureros de la poesía y movidos por la pasión a la palabra y a la
convivencia poética de aquéllos que, por suerte o por desdicha, padecemos esta
terrible costumbre de escribir.
Para finalizar el Ciclo, los
poetas Dolors Alberola, Domingo F. Faílde, Carlos Guerrero, Chencho Ríos, Álvaro Caputto, Maribel Tejero y Carmen Sáiz,
arrimaron su palabra al calor de la lumbre poética entre amigos y solera, dándose
finalmente por cerrada una etapa de plenilunio, esa fase lunar que, como todos
sabemos, sucede misteriosamente cuando nos encontramos entre el sol y la luna,
ante el mayor fenómeno de iluminación visto nunca. Como la poesía misma. Puro
accidente.